Además, el aceite de oliva Hacendado, de muy baja calidad, lo envasa
Sovena, una compañía ubicada en Portugal cuyo principal accionista es
Roberto Centeno, casado con una hija del señor Roig. Este mismo Roberto
Centeno ha comprado miles de hectáreas de olivares en Marruecos para
Roig, que se preocupa mucho por el futuro de España y se atreve a opinar
de cómo hacer las cosas públicamente, pero no se corta un pelo a la
hora de llevarse la producción del aceite a Marruecos y su envasado a
Portugal. Una parte del aceite se importa desde Túnez. La consecuencia
es una evidente reducción de calidad para ofrecer precios bajos. Tal y
como ocurre con el pescado o con la progresiva eliminación de la
charcutería tradicional de corte al momento para dejarla sólo en una
charcutería de paquete con un menor coste en todos los sentidos. Lo
mismo pasa con la fruta, que se vende a granel y es de mucha peor
calidad. Otro tanto ocurre con los cereales, fabricados en Francia.
Mercadona tampoco le hace ascos a importar calabazas de Panamá, pero tal
vez el caso más paradójico se da en la sección de pescadería. En Vigo,
el primer puerto de Europa por volumen de pescado descargado y que
gestiona casi la mitad de la pesca en España, el pescado que se ofrece
en los supermercados Mercadona no es fresco y, desde luego, no es
gallego. En su mayoría se trata de pescado congelado procedente de
África o América del Sur. Lo mismo pasa con los mejillones y las
almejas, que en su mayoría son importados desde Chile, Francia o
Marruecos.
Mercadona es la cadena con mayor importación de leche extranjera (sobre
todo francesa y portuguesa) y la envasa como si fuera española. Se
trata, pues, de una materia prima que entra en España a muy bajo precio y
que Mercadona utiliza en sus puntos de venta como producto reclamo, a
poco más de 50 céntimos el cartón, cuando la realidad es que los costes
de producción de la leche y toda la cadena transformadora superan
ampliamente ese precio. Esa venta por debajo del coste real obliga a las
empresas que compran la leche en España a pagar menos en origen si
quieren competir con las marcas blancas. Se trata, pues, de una
competencia desleal que obliga a cerrar las empresas que no entran por
el aro. De hecho, en Galicia, Mercadona veta en sus supermercados marcas
gallegas como Río y Larsa.
Lo mismo sucede con la chufa de la Denominación de Origen de Valencia,
con los turrones de las Denominaciones de Origen de Xixona y Alacant o
con un producto tan básico como el arroz. No estamos hablando de
cualquier producto. Hablamos de productos estrella de la región de la
que Mercadona es originaria. Todo producto con Denominación de Origen y
que puede “obligar” a pagar más a los productores es eliminado de los
estantes para así permitir la entrada de productos extranjeros más
baratos. El caso de la chufa es muy representativo, ya que Mercadona
vendía entre el 40 y 50% de toda la horchata que se vende en España, con
lo que la eliminación de la chufa valenciana de los estantes supone una
condena a muerte para los pequeños productores. De esta forma, se trae
chufa africana a bajo coste, cuya calidad no tiene nada ver con la chufa
valenciana.
Mercadona apuñala a los agricultores valencianos importando naranjas de
Argentina. ¿Vas a ayudarles a arruinar a nuestros productores?
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